Segunda Casa, Tauro
La segunda Casa del Santuario es la Casa de Tauro. Astrológicamente, la frase que la representa es “yo tengo”. Esta casa representa aquello que da seguridad al sujeto, los valores personales y los pilares propios. Como en la actualidad la sociedad gira en torno al dinero, el dinero otorga poder y seguridad, por eso es que en cierta manera Tauro se relaciona con el dinero, como así también se relaciona con las posesiones materiales. Sin embargo, el concepto de “posesiones” y “seguridad” es mas amplio e incluye también a la seguridad mentalmente hablando. Los valores y los pilares personales son la base de nuestra conciencia y lo que somos, sin lo cual no tendríamos integridad en la sociedad. El Santo de esta casa es Aldebarán, el cual es un sujeto físicamente imponente, muy fuerte y material. Por otro lado, el Santo también es el mas noble de todos, puede que su actitud se deba a la seguridad que tiene en si mismo. Aldebarán también dudaba del Patriarca. Lejos de resultar una verdadera amenaza para los héroes, Aldebarán pone a prueba a los héroes. Muestra un solo Ken (técnica) que parece ser la única que tiene, pero puede variar su poder al usarla.
Los sucesos en la Casa de Tauro:
Los héroes llegan a la Casa de Tauro para encontrarse con una imponente silueta. Aldebarán se muestra al principio amenazante, pero la verdad es que él ha reconocido la presencia del Cosmos de Athena junto a ellos, especialmente junto a Seiya.
Aldebarán vence fácilmente a Shiryu, Shun e Hyoga, pero Seiya logra en un momento romper la postura del Santo Dorado. Seiya dice a Aldebarán que su Ken se asemeja a una técnica de esgrima japonesa que requiere atacar desenvainando y volver a envainar rápidamente. Es entonces luego del ataque que la guardia se vuelve por un breve momento vulnerable. (La equivalencia del Ken a la espada envainada es cuando Aldebarán mantiene sus brazos cruzados, al abrirlos es que ejecuta el “Gran Cuerno” y requiere volver a cruzarlos.) Seiya reta a Aldebarán, si consigue romper su cuerno dorado él debería dejar pasar, el Santo Dorado acepta. Luego de varios intentos fashidos Seiya logra romper una de los cuernos del casco de Aldebarán, y éste lo deja pasar.
En la Casa quedan sin embargo los otros tres héroes. Ellos deben unir sus fuerzas para vencer a Aldebarán. Mientras que Shiryu y Shun atacan al Santo, Hyoga inutiliza sus manos congelándolas. De esta manera Aldebarán acepta su derrota y los deja pasar.
Interpretación de la Segunda Casa:
Aunque Aldebarán parezca un Santo débil en comparación de los demás, éste es mal comprendido. Por ejemplo, aunque solo parece tener un Ken, es a partir de pequeños o grandes cambios en su utilización que puede realizar diversos ataques. En un diálogo posterior con Mu, Aldebarán le dice que dejó pasar a los Santos de Bronce por que sintió el Cosmos de Athena junto a ellos. Una sonrisa pícara del Santo cuando es “vencido” por el ataque combinado de los héroes rezagados muestra que solo estaba probando las capacidades de los Santos de Bronce.
La casa dos representa la seguridad y los valores, esto junto al “yo tengo” también puede interpretarse como los recursos que se tienen. Aldebarán probó a los héroes en lugar de enfrentarse verdaderamente a ellos. Fueron los recursos de los héroes y sus buenas intenciones (el cosmos de Athena) lo que les permitió pasar. Seiya se valió de las enseñanzas de su maestra Marín para encontrar el punto débil del ataque de Aldebarán y los otros héroes supieron usar sus propias capacidades de la forma correcta para neutralizarlo, por lo menos en apariencia.
En esta Casa se interpreta que es a través de las capacidades personales que uno se puede superar si mismo, reconociendo y aprovechando aquello en lo que uno es bueno. A su vez, todo lo que uno es, tiene y ha aprendido, son recursos que generan su seguridad. Por último, Aldebarán pudo haber eliminado de inmediato a los Santos pero se contuvo por sentir el Cosmos de Athena. El Cosmos de la diosa representa lo que nos conecta con lo divino, o mas bien con lo mas profundo de uno mismos. La diosa justifica el valor de los ideales y principios morales. Es por la fidelidad a los principios, valores y siendo uno mismo que uno obtiene la seguridad necesaria si mismo. Esto es esencial al enfrentarse a los conflictos personales.